Relataré el primer viaje pero también otros muchos viajes posteriores, que se repiten sin ser nunca idénticos, que se suceden diariamente ofreciéndome la posibilidad de disfrutar de ese Madrid en el que durante el día sobrevivo, pero en el que durante esos instantes en mi bici parece que vivo intensamente.
Es una imagen que hemos visto miles de veces y siempre hemos dudado de su veracidad. En primer lugar porque tumbar de esa forma en una bicicleta de pista sin morder el polvo es bien complicado.
Un buen día todo empezó a tambalearse. Mi colega V de Veleti se mudó a una casa en el norte de la capital y yo, de naturaleza cobarde y poco decidida, tuve que tomar una determinación estratégica sin precedentes.
El último (y muy esperado) número de The Ride ya está en España, lleno de interesantes historias ciclistas llegadas de todo el mundo. El diseño, el papel y la fotografía son tan buenos que gustará incluso al que odie las bicicletas...
Si cumples ciertas normas y te gastas un poco de dinero en un buen candado, la probabilidad de que te roben una bicicleta es muy baja. No lo dudes, puedes hacer mucho por evitar el robo de tu bicicleta.
Una vez en el portal tenemos pensada una toma de salida, con la bici al hombro, rollo neoyorquino. Me siento bien mientras intento aparentar rutina en mi acción.